martes, 18 de mayo de 2010

las obligaciones...

Tras un fin de semana de intensa acampada en la Urgencia, en ese lugar mítico para algunos, el lunes se suponía un día festivo.
Funcionar a contracorriente del resto de las personas en ocasiones desorienta un poco. También es verdad que nos aproxima a otras profesiones con horarios para dar servicio al público. Pasear cuando otros trabajan también te aproxima a parados, amas de casa, jubilados, algún que otro profesional liberal, abuelos paseando nietos, cuidadoras de niños, algún que otro bombero, algún hombre haciendo footing...



Se trataba de un lunes al Sol muy particular.

El domingo: ya había tenido mi dosis de adrenalina particular y parecía que ya no tocaba más.

Una llamada hizo que el plan de bronceado tropical para mi delicada piel se convirtiera en tarde emocionante. Vestida para la ocasión...



Había cambiado el chip cerebral, más bien tenía el cerebro en "of" y debía volver al "on" rápidamente. Debía trabajar y volver a la acampada.

Y es aquí cuando comienza en verdad la reflexión. No era mi día de trabajo, no figuraba en mi calendario, pero debía ir a trabajar. Se trataba de un favor sin favor y no me molestaba en absoluto ir al trabajo a trabajar.

Dónde estaba la diferencia??? Soy una persona que siempre o casi siempre voy contenta a trabajar. No me vuelve loca lo que hago, podría tener un trabajo mucho mejor, pero no lo tengo y el que tengo me va bien. Soy consciente de todo aquello que me reporta y de todo lo que en este momento me resta, un trabajo tipo montaña rusa tanto en lo emocional como en lo físico. En esta tarde festiva volvía a trabajar y lo hacía contenta y con una sonrisa. No me echaba para atrás la idea¡¡¡¡




Me imagino que la diferencia estriba en la obligatoriedad de hacerlo siguiendo un protocolo, un calendario, unas normas establecidas y hacerlo porque uno quiere, sin que nadie te diga debes o no debes hacer, cuando en realidad debía hacer lo que siempre hago. El mismo trabajo, las mismas personas, el mismo ambiente, el mismo Campamento, los mismos olores...

La diferencia estaba claramente en que yo había tomado libremente la decisión de ir a hacer lo de siempre. Ahora me doy cuenta de forma cristalina que mis mayores frustraciones siempre vienen de la imposición y no de aquello que debo desarrollar o que me acontece.

Elegir o no elegir...ésa es la cuestión¡¡¡¡ En lugar del  bronceado tropical, el lunes al no Sol, elegí salir "negra" y con el pelo encrespado y no era la primera vez¡¡¡.


La tarde se complicó y mucho durante una media hora. Bajé de talla durante los primeros minutos, pero siempre me veo rodeada de personas llenas de color que aportan a mi vida color y calor¡¡¡

En este momento escucho...despierta¡¡¡

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