miércoles, 4 de agosto de 2010

cámara oculta...

Deambulaba por las tiendas del aeropuerto. Un buen lugar para detenerse es la perfumería. Sientes que alguien te mira... pero tan discretamente que tan sólo lo intuyes. Los probadores de perfumes están al alcance de la mano, de la nuca y también de ese lugar estratégico en la muñeca, en donde una prueba un nuevo aroma, para arrepentirse en pocos instantes...puffff menudo olor¡¡¡

Una mezcla entre Flowers de Kenzo, Jean Paul Gaultier para mujer...


Tras mirar las pantallas de información...el vuelo parece embarcarse a la hora prevista aunque la puerta está por determinar. Un nuevo paseo tirando de maleta y bolso...y miro precisamente a mis pies...hasta ahora no había caído en la cuenta...me lo había advertido, pero no me había percatado. El suelo de color negro parece un espejo y es verdad aquella pequeña puntualización que una compañera me había formulado días antes: se te refleja hasta la ropa interior¡¡¡ Yo sólo me había dado cuenta de que a Lola no le gustaba, ella se desliza y parece que voy transportando una mopa en un lugar de un animal de compañía.

Hace calor y de vez en cuando me llega una impresión a mi cerebro... en forma de olor multifloral, he hecho un cóctel explosivo con diversos perfumes a modo degustación y a punto estoy de marearme...otro día me retendré un poco y seré fiel a mi perfume de siempre. No estoy segura en decantarme por alguno de los que llevo puestos....en la muñeca izquierda predominan los cítricos, en la nuca...


Una vez definida la puerta de embarque me dirijo hacia ella, tomo asiento y miro a mi alrededor...

Una mujer muy joven llama mi atención: está sentada y habla por su teléfono móvil. Un escueto vestido de color azul celeste será el protagonista de tan divertido momento.

Comienza a formarse la cola para el embarque y sucesivamente y de forma disimulada una cola de hombres se van acercando y aproximando hasta el preciso lugar en el que la mujer enfundada en el diminuto vestido azul celeste parece ajena a tan surrealista situación.

Los hombres la miran, la vuelven a mirar de reojo, comentan entre ellos, se hacen los despistados, vuelven a pasar por delante y así en un incesante ir y venir....cuando en realidad no van a ninguna parte. Pero el momento cumbre está por llegar. Nos llaman por megafonía: el embarque comienza y la joven apaga el móvil, recoje su bolso del asiento y se levanta...camina hacia la cola de embarque...el diminuto vestido color azul celeste a cada paso parece más diminuto, se va subiendo a cada movimiento de su cadera, por debajo sólo se insinúa la cinta de un tanga mucho más escueto que el vestido...los hombres (todos) que aguardan  en la cola sólo tienen ojos para ella y ella lo sabe¡¡¡¡

La situación parecía propia de una cámara oculta...un hombre con aspecto de ejecutivo se pone a su altura y camina junto a ella, ella se siente observada y admirada...parece segura de dominar la situación....los hombres son tan previsibles¡¡¡¡

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