martes, 24 de agosto de 2010

bajo las estrellas...

Atrás quedan días de esperar la llegada de la noche y contemplar bajo las estrellas un "cielo raso". Una sensación de inmensidad sólo comparable a la de contemplar el mar. Todos tenemos en nuestra memoria alguna ocasión en la que hemos sucumbido a los encantos de una noche de verano y nos hemos visto arropados por las estrellas y especialmente en compañía.


Era una noche de Campamento. Eran las tres de la madrugada y me avisan de un posible "dolor torácico". El mecanismo de alerta pone el "on" junto con todos los complementos: gafas, fonendo, guantes y un largo etc...

Las primeras palabras de la doctora ante mi pregunta:

-de qué se trata???

-menuda peste¡¡¡ es su respuesta.

Ya nos conocíamos. No se trataba de un paciente habitual, pero sí de una persona conocida de "vista". Son muchos los días que nos cruzamos. En ocasiones interiormente me he formulado alguna pregunta al verle, preguntas sin respuesta puesto que lo desconozco todo de él. Esa noche descubrí algo en relación a su persona.

Tengo que confirmar: menuda peste¡¡¡. Controlar la propia náusea en ocasiones no es tarea fácil, pero es mi trabajo¡¡¡

En principio se trataba de un posible dolor torácico, pero realizadas las pruebas correspondientes la doctora rechazó esa hipótesis para el diagnóstico. Luego un poco más tarde sería un dolor errático en el vientre. Más tarde resultaría un dolor de garganta. Pero misteriosamente el paciente se iba encontrando mejor reposando en la camilla y en nuestra compañía. El paciente opinaba que lo mejor era ingresarle en el hospital y seguir la evolución. Ahí estaba la hipótesis acertada para resolver el planteamiento del problema. El hombre no deseaba pasar la noche a cielo raso. Era una noche de verano, una noche de Luna creciente, buena temperatura...pero algo le hacía desear no dormir amparado por un cielo que a él no le parecía protector.


Éstas son las situaciones que a una le descolocan en la Urgencia, situaciones no vitales en cuanto a la salud física, pero con un componente humano y social que desbordan nuestra capacidad de maniobra. Un golpe en el estómago que te lleva a hacerte un montón de preguntas sobre los por qués??? los cómos??? y la familia???...y en qué podemos ayudar nosotros???

Esa noche volvió a dormir en la calle, entre cartones y seguramente hoy vuelva a hacerlo, en esa esquina en donde siempre acostumbro a verle, en donde yo misma ya me he acostumbrado y he asimilado su estancia allí. Los automatismos nos hacen dar por buenas algunas situaciones que de salida en absoluto son adecuadas y las normalizamos gracias a los hábitos¡¡¡

Hoy día 24 de agosto, seguramente ese hombre se acostará a dormir entre cartones y en la misma esquina de siempre, tal y como lo hace todos los días....


Desconozco si los miedos se acercarán a él, tan sólo espero que hoy la Luna llena lo arrope y el cielo sea protector...una buena compañía...


Con el viento a favor...

YYY despertar a tu lado cada amanecer...dice la canción...

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