viernes, 4 de junio de 2010

estación de trabajo...

Código, contraseña, aceptar y ya estamos conectados a la red. Un mundo de posibilidades de abre ante nuestra atenta mirada. Necesitaremos gafas de aumento o de presbicia.
Buenos días: qué le ocurre??? en qué le podemos ayudar???.

Y aquí comienza un nuevo episodio en el marco incomparable de una historia. Una historia clínica.
Todo un paseo¡¡¡.



El paciente comenzará a hablar refiriendo todo aquello que le sucede o preocupa, dispuesto a establecer un diálogo fluido con el médico. Esa es su ilusión. Pronto se dará cuenta que aquel hombre o mujer que está al otro lado de una pantalla de ordenador, tiene serios problemas, por lo que durante casi todo el tiempo que dura la entrevista (unos 7 minutos) todo lo que vea de él o ella será su frente, raramente crucen una mirada. Mientras el sonido de unos dedos deslizándose compulsivamente por el teclado pondrán la nota musical y cordial al momento.

Flow, mucho flow¡¡¡¡

Mientras todo discurre: alguien revolotea por el aire. Se trata de la enfermera. En un estado de alerta disimulada, comprueba si el paciente tiene la cabeza debajo del brazo...

La estación de trabajo continúa: por transacciones o por MEAP? lo asociamos a un proceso? y todo un mundo de carpetas y desplegables.

Motivo de consulta, anamnesis, exploración, diagnóstico y plan...

Fotos de Sam Taylor Wood...

Alguien puede pensar que el médico se duerme en sus laureles. Lejos de la realidad: el hombre (en este caso) de vez en cuando emite algún tipo de sonido tal... ya se ha colgado, mierdaaa, hostia tú¡¡¡¡ y sigue atento a la pantalla no vaya a ser que el desplegable no se despliegue y volvamos a empezar. Se recoloca en la silla buscando una postura cómoda.

Todo es armonía...


Mientras el paciente relata su dolencia, de vez en cuando hace una pequeña pausa a modo de comprobación, intentando descifrar los gestos del médico, su expresión facial y más concretamente si está atento a su explicación. En resumen...si le sigue¡¡¡ Pero el punto álgido de la visita está por llegar. Las nuevas tecnologías han incorporado una herramienta de trabajo novedosa: la receta electrónica.

El señor doctor, de niño fue un hábil jugador de Tetrix y ya se sabe....el que tuvo, retuvo. Al final, una vez conseguidas las recetas en formato papel, cierra el MEAP, le da a paciente visitado yyy....


Dice las palabras mágicas: el siguiente pacienteee y la enfermera continúa a lo suyo...

Existe la leyenda urbana de que: quien mejor registra, más trabaja. Leyenda que no comparte en absoluto todo el que más trabaja, puesto que el que más trabaja piensa que quien mejor registra es el que más tiempo libre tiene, luego quien menos trabaja. Pero vivimos un momento en el que el registro y el control es un objetivo prioritario.


La idea de registrar todo aquello importante para el paciente, parece de salida una muy buena idea. Una historia clínica debe estar lo más completa posible. Parámetros fundamentales deben estar correctamente registrados, pero parece que algunos programas informáticos están alineados con las altas esferas, más concretamente hacia la información entendida como control y no hacia la información en beneficio del propio paciente.

A alguien se le ha olvidado comentar o educar al paciente en el sentido de que con los nuevos tiempos, todo aquello que visualizará de la figura como tal del médico, será a una persona pelín desquiciada por luchar contra una pantalla de ordenador, que en todo momento le resulta hostil.


No no estoy en pleno brote psicótico, simplemente estoy de curso informático y en breve tiempo, el tiempo del reloj dedicado al paciente, será aún menor.....pero ese punto quién se lo explica????

Flow, mucho flow... Siguiente...

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